DIARIO DEL ORÁCULO DE DELFOS III



Palma de Mallorca, 16 de mayo de 2017


Mis amantes lectores, hoy les contaré, después de visitar al Oráculo, que mi vida se está convirtiendo en un drama. Pero no un drama filosófico o moral, sino una tragedia natural, esto es, aquella que únicamente, como un caballo desbocado, proviene de la misma vida. La vida es siempre un problema, como dijo Ortega. Por lo tanto es en el vivir donde cada uno de nosotros debe soportar el dolor para, mediante la búsqueda de la raíz de ese dolor, calcular cuáles son las posibles soluciones. Leo a Shopenhauer sobre su filosofía del sufrimiento, del abismo en que entramos todos a través de la propia experiencia de la existencia, y me doy cuenta que toda salvación en muchos de los casos es infructuosa, alejada de lo sagrado, impropia de cualquier heroicidad. Yo soy mi propio héroe y mi propio ídolo. Pero, ¿cómo mantener esa heroicidad si el dolor me está continuamente atrapando hasta devenir en el hastío, en la nolición, en la fragmentación absoluta de mi alma o mejor de mi mente? -la ciencia ya ha diferenciado la distancia que existe entre el espíritu y el cerebro- Todo es cerebro: sus átomos, sus neutrones, sus neuronas, en definitiva su sustancia analizada e investigada por la nanotecnología o por la física cuántica. Entonces, ¿qué es el ser?, me pregunto. ¿Por qué es tan difícil reconstruir un ser que está siendo mutilado constantemente por esa lascivia malvada que es la sociedad, la familia, el amor o las circunstancias.

Creo, en estos momentos en que mi vida está abocada al fracaso más absoluto, que necesito recurrir a la embriaguez -no me confundan, no hablo de la embriaguez del alcohol o de las drogas, sino a la embriaguez de mi conciencia, de mi propia naturaleza como hombre que quiere recuperar lo que fue, lo que está siendo, lo que será- para salir de esta angustia del vivir en la que estoy instalado. Sé que sólo desde la sabiduría se puede lograr la salvación del ser. En eso estoy ahora. Ya trataré en este mi diario de narrarles cómo he logrado o no esa salvación del ser. Ahora mismo todo es caos.

Emilio Arnao.

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