DIARIO DEL ORÁCULO DE DELFOS IV

Palma de Mallorca, 18 de mayo de 2017

Estoy escribiendo un libro que titula “La Piedra”. Quiere ser una novela filosófica o una filosofía novelada en donde mi intención es tratar de convencer al lector, mi amante lector, que nunca la filosofía conseguirá explicar los grandes enigmas del mundo. Por eso yo me pregunto: ¿qué es la vida?, ¿qué es el mundo?, ¿existe la realidad?, ¿qué es el ser?, ¿qué es el tiempo?, ¿nos sirve la ciencia como interpretación de la existencia?, ¿qué sois vosotros, mis amantes lectores, viviendo una vida que quizá no os pertenece?

Todo esto y más va saliendo en el libro -ya llevo cuarenta páginas escritas- a partir de la interlocución de dos personajes: Andrea Arnao y Emilio Arnao, ambos primos -cosa que en verdad así ocurre en mi genealogía-. Tengo correspondencia diaria con mi prima Andrea, de una juventud bella e intelectual, artista y pensadora de profundas emociones, tahúres o divinidades, a la que le voy enviando cada uno de los capítulos que voy escribiendo. Pero Andrea -todo lo que piensa y vive- no es ella, sino yo, sí, yo, con mis conflictos metafísicos, con mi dolor ancestral, con mi aproximación a los libros filosóficos que tanto me han hecho y me están haciendo reflexionar. Pero el sinsentido de la vida jamás podrá, como digo, ser explicado ni a través de la filosofía ni a partir de la ciencia, y en estos momentos tampoco desde este huracán que es la tecnología.

Las palabras día a día van saliendo como monstruos aguijoneando mi alma -que no es otra cosa que mi mente-. Pero tampoco hallo consuelo en las palabras, porque como dijo Wittgenstein “los límites del lenguaje son los límites del mundo”. La piedra es la única cosa viva que armoniza todo Universo.

Emilio Arnao.