DIARIO DEL ORÁCULO DE DELFOS X

Palma de Mallorca, 26 de mayo 20017


Soy un insomne. En efecto, padezco de insomnio. Ésta es mi enfermedad como poeta. Antiguamente los poetas morían o de tuberculosis o suicidándose. Hoy todos los poetas padecemos de insomnio. El no poder dormir devenga en un dolor intenso que actúa como ligadura a la melancolía, a ese bloque de cemento que se instala en la conciencia, a ese temblor del cuerpo que hace que tanto la noche como todo el día siguiente desborden toda capacidad de acción y por tanto de actuación. Cuando padezco de insomnio, por la noche acostumbro a escribir o a leer, pero al día siguiente me siento inmerso en una enfermedad que concluye en el tedio berroqueño o plateresco más una inutilidad que hace de mí un hombre completamente angustiado. Dormir es fundamental para el cumplido movimiento de esta mente que no es otra cosa sino el dinamismo de la neurobiología. El insomnio provoca que los átomos, las células, los neutrones, la dopamina, el epitálamo, etc. se congelen hasta devenir en la más absoluta de las frustraciones. Mi frustración es tal álgida que me obliga a estar todo el día tumbado en una convalecencia semejante a una gripe con cuarenta grados de fiebre o a una operación de ruptura de tibia y peroné.

Mis amantes lectores: mi insomnio es secular, hereje y paradigmático. He escrito muchos libros a través de la falta de sueño. Ésa es mi única ventaja, mi Nirvana como salido de la iluminación del príncipe Siddharta, mi escritura realizada desde la ceguedad de lo imaginario, desde ese velo de Isis que me cubre los ojos, la memoria, la objetividad y ese automovilismo que ya son los poemas, la prosa, el artículo de periódicos, el ensayo, etc. Gracias al insomnio he podido escribir libros enteros. No obstante, no le recomiendo a nadie este padecer de ausencia de sueño, pues, a diferencia de lo que decía Novalis, la noche no es un acto espiritual, sino la más cabrona de las oscuridades mentales. Un insomnio es como si Goya volviera a pintar “Saturno devorando a sus hijos”.

Continuará...

Emilio Arnao.

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